Proverbios y verdades (I)

Nada graba tan fijamente en nuestra memoria alguna cosa como el deseo de olvidarla (Michel E. de Montaigne)
Los más obstinados suelen ser los más equivocados, como todos los que no han aprendido a dudar (Samuel Butler)
Diplomacia: el camino más largo entre dos puntos (Adrien Decourcelle)
Sin prohibiciones no hay erotismo (George Bataille) ays, viciosillo...
Estómago hambriento no tiene oídos (Jean de la Fontaine)
El infierno está empedrado de buenas intenciones (Walter Scott)
El llanto es a veces el modo de expresar las cosas que no pueden decirse con palabras (Concepción Arenal)
Haríamos muchas más cosas si creyésemos que son muchas menos las imposibles (Chrertrien G. Malesherbs)
Un corazón es una riqueza que no se vende ni se compra, pero que se regala (Gustave Flauvert)
Hay quien cree contradecirnos cuando no hace más que repetir su opinión sin atender a la nuestra (J.W. Goethe)
Vale más sembrar una cosecha nueva que llorar por la que se perdió (Alejandro Casanova) que tío más listo.
Una parte importante de la curación consiste en querer ser curado. (Séneca)
El que habla de los defectos ajenos, habla también de los tuyos a los demás (Denis Diderot) aquí hemos caído todos.
Se ahoga más gente en los vasos que en los ríos (Lichtenberg)

Si tienes la lengua larga conviene que tengas el lomo duro (proverbio)

No hay nada repartido más equitativamente en el mundo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente. (René Descartes)

domingo, 2 de agosto de 2009 a las 11:30 a. m.

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