A la derecha del paciente, imagen redondeada de base amarillenta pero con aspecto requemado por estar viendo la tele mientras hacíamos la tortilla. A la izquierda del paciente, imagen redondeada de consistencia fluida aunque pastosa con punteado colorado de trocitos de jamón, salmorejo. De fondo, mantel que en dos semanas ya acumuló las cicatrices de toda una vida. En conjunto... ays, qué recuerdos.
Sotos de la Albolafia
Puente Romano, arcángel san rafael y Torre La Calahorra
No soy devota de esta gente, pero a los que les gusta el estilo, dicen que son buenos, y aparte de promocionar el producto autóctono, la canción en sí tiene mucha fuerza, acompañados por la Orquesta de Córdoba, y rodado en las calles de Córdoba... en fin, era ineludible colocar por aquí este tema.
Aprovechando que hoy google ha puesto lo del 150 aniversario de su nacimiento (entre el día que nacen y que mueren, la gente famosa da para muchos aniversarios...) y que tenía previsto poner esta canción, pues hago un hueco hoy para Albéniz y un tema que tituló Córdoba, como podía haberse llamado de otra manera, claro está. El compositor realizó un enorme y bello trabajo sobre España y sus lugares más distinguidos, para guitarra o piano, en clave sinfónica o enfocados a solistas... pero sus obras hay que escucharlas, no mirarlas según el título, porque todo habla de lo mismo, de una España que empezaba a ser aceptada y valorada por nuestros vecinos, desde los tópicos, claro, pero ya nos tomaban como una identidad propia que poco a poco se iría dignificando. Albéniz era catalán, pero hizo un justo recorrido por muchos lugares españoles, y esta vez, tocó a Córdoba. Tiene, a mi parecer, obras más sensibles, o más famosas, y otras más bonitas, pero ésta es la nuestra, así que a disfrutarla.
SALMOREJO
Y hoy también es el día propio para la receta, no sé si podré colocar otra además de ésta, pero hoy pega salmorejo. Plato frío, de textura suave y para comer con cuchara (aunque en mi casa siempre se comió con tenedor y sopas de pan, una redundancia, vaya). Nunca lo tuve entre mis preferidos, y todavía no lo es, pero tuvo que venir una granaina a darle el verdadero valor a este plato en mi visión gastronómica, y ha sido ella quien lo ha dignificado, le ha dado alegría, honor y un buen lugar al salmorejo, orgullo de esta tierra, por todo eso, gracias Socia. Y no es un caso aislado, por regla general, tiene que venir alguien de fuera a concienciarnos de la grandeza y peculiaridad de nuestras cosas, esas que tenemos en nuestra rutina como costumbre, y a las que no damos importancia ni expandimos como pueblo. Ya se sabe... somos Alguien gracias a Otro.
Y dejando la filosofía (no escribir durante tantas semanas hace que las palabras se me escapen como verborrea), pasamos a meter las manos en la masa.
Voy a basarme en las cantidades que viene en un libro, porque las de mi madre son muy... arbitrarias (un poco de... una pizca de... un toque de... un vaso... ¿qué cómo es el vaso? Pues un vaso, niña...). El libro en cuestión es "300 recetas de Córdoba", por Francisco M. y Daniel Arenas Rodríguez, editado por Aires de Córdoba, Asociación Cultural... vamos, un tesoro fuera de casa. Pero la receta tiene el visto bueno de mi madre, así que chachi.
Ingredientes:
250g de pan
3 tomates (de los más maduros que tengas, "coloraitos" según mi madre)
1 diente de ajo (grandecito, para que pique un poco)
150ml de aceite de oliva (es como un vaso del café)
vinagre y sal (vinagre menos de la mitad de aceite)
huevo duro para el que le guste
jamón picadito (jamón jamón, nada de mariconadas)
Al lío: (si yo puedo hacerlo, tú también!)
El pan troceado, los tomates pelados, el ajo pelado, el aceite y la sal, todo a la batidora y darle caña hasta que quede una mezcla homogénea, de color salmón (por eso salmorejo, jeje) debería quedar de tal manera que si metes un dedo (una guarrada, lo sé) y lo sacas, se caen gotas algo pastosas, si no se cae nada es que está demasiado mazacote, y en ese caso, o le echas un poco de agua, o la próxima vez mojas un poco el pan antes de la batidora. El vinagre se añade de poco en poco durante la batidora, es al gusto, mientras no se haga desagradable.
Cuando está todo homogéneo, se vierte en un cuenco, y se trocea el huevo en el centro, le añade el jamón picadito por lo alto, y se le echa un chorreón de aceite de oliva. Todo esto forma parte ya de la presentación. En casa tenemos costumbre de trocear manzana pelada por encima, otros les echan tomate troceado, o melón, o pepino... en fin, eso ya es al gusto.
El placer completo es cuando al lado tienes tortilla de patatas y puedes mojar los trozos en el salmorejo, eso es ya... vamos, mmmm.
[Tengo alguna foto de salmorejo, pero otro día ya la pongo] Es decir, este post de Córdoba se prorrogará unas semanas más de junio, estoy que no estoy, y mejor que la Nada que me sale actualmente, dejo esta entrada que es más vistosa que mi histrionismo pre-exámenes.
Aparte de los famosos Patios, de los que, por cierto, apenas colgué fotos, por eso dejo algunas más, ésta primera de un patio de San Basilio que tiene parte de antigua muralla como una de sus paredes.
Antiguo Zoco
Pues eso, aparte del concurso de Rejas y Balcones, y Patios Cordobeses, hay otras festividades en este mes. Este viernes 21 comenzará la Feria de Ntra. Sra. de la Salud, vamos, la Feria de Córdoba, pa entendernos, y de la que no oleré ni los churros, que no puedo ir. Es una feria muy bonita, días para aburrir, el martes el de las empresas, el miércoles el de los jóvenes, y bueno, repartidos por todos las asociaciones de cualquier aspecto que quedan para echar un buen rato entre manzanilla, rebujito fresco y sevillanas. Lo malo de esta feria es la calor (sí, señores de la RAE, calor en femenino, que aquí en Córdoba tenemos todo el derecho del mundo a llamarla como nos dé la gana, pa eso la sufrimos como nadie), pero bueno, muchas casetas cuentan con aire acondicionado, y por las calles ponen un sistema de pulverizador de agua que sienta de muerte entre el albero. Lo bueno es sin duda el ambiente, porque salvo un par de casetas, todas son PÚBLICAS, es decir, no privadas, es decir, que puede entrar quien quiera, es decir, gratis y sin discriminación, no como otros que tan famosa hacen su feria, mi alma. Y por lo demás, poco más que decir de una feria.
Portada de la feria, año 2009.
Portada feria, reflejada en el Guadalquivir.
Y bueno, aunque ya pasaron, Las Cruces de Mayo es otra atracción típica de este Mayo Córdobes, aunque como en medicina, no patognomónica, vamos, que no es exclusiva. Cada barrio monta una caseta, con sus farolillos, la barra, mesas, comida para tapear, y claro, la cruz, adornada con flores. Son los tres primeros días de mayo, y en estas casetas ponen música hasta entrada la noche, pero música folclórica de la tierra, que para el chunda-chunda ya están los polígonos. Y por poner ejemplo, me he acordado de esta canción, que nombra a nuestro ilustre don Julio Romero de Torres, y como últimamente no coordino, la dejo por aquí. Ah, se me olvidaba la Batalla de las Flores, justo antes de empezar el mes de mayo, que está muy bien pero aún no he podido verla ningún año. Ays... cuánto me estoy perdiendo!!
Alicia Larrocha interpretando a Falla, la tercera parte de Noches en los Jardines de España, En los Jardines de Sierra Morena. Por supuesto, no tenía a mano nada referido al Alcázar, pero la belleza e intensidad de la pieza despierta similares sensaciones a pasear por estos jardines, en su mayor esplendor en este mes. Visitarlo cuesta 4€ tarifa normal, 2€ a estudiantes, y gratis los miércoles. Aparte de los jardines, en su interior hay elementos arquitectónicos expuestos, como mosaicos romanos. Se puede subir a una parte de la muralla que lo rodea y desde ahí se observa la ribera, la mezquita y parte del conjunto patrimonial que es la judería.
Es un espacio que tardé mucho en visitar, ignoraba que fuera tan satisfactorio, pero desde la primera vez, es uno de mis sitios favoritos de Córdoba. Los continuos chorros de agua y el olor hipnotizan al visitante. Es realmente precioso. No puedo decir más, es que la lírica la tengo oprimida entre acrónimos médicos.
Hoy se estrena la peli de Robin Hood. Hoy se suspende a Garzón. Ambos han hecho historia por hacer ese tipo de justicia que el pueblo entiende, la que no se guía por el derecho romano ni mengano, sino la Lógica. 1+1=2. Robar a los ricos para dárselo a los pobres. Poner al franquismo en su lugar. Pero hoy los malos ganaron la partida. España tiembla por los especuladores financieros, y uno de los pocos héroes reconocidos, sin capa pero con toga, se lo han cargado. España también tiembla por una justicia que no entiende el pueblo. Y el pueblo, mientras, mirando con cara de idiota.
En fin, no podía aguantarme. Ahora que siga el mayo cordobés... es decir, vuelvo a estabilizar mi bilis, me tapo los oídos con música y continuo estudiando.
¿Me atrevo a hablar de la Mezquita? Venga, un par de trazos para hacer un boceto desde mi perspectiva.
Para ambientar un poquito, el paisano ayuda. Primero con su soleá "Mezquita", y después el video de Paseo de Gracia rodado en el patio de los naranjos de la Mezquita.
Iniciada su construcción en 785, obra que se prolongó desde Abderramán I hasta otros homónimos pero distinto número. Fue el III el que se convirtió en califa, entonces nombró Córdoba como la capital de ese califato, y supuso el mayor esplendor de una ciudad que concentraba el poder político y social de la mayor parte del occidente. Ojú, qué orgullo! Se me hincha el pecho nada más con escribirlo.
Bosque de columnas y arcos
Arcos polilobulados
Obra asentada en un templo romano, que luego se suplantó por una basílica visigoda, que después albergaría la Mezquita, propiamente dicha, y más tarde vendrían los cristianos para plantar en medio una catedral. Hoy día debiera nombrarse como Templo-Basílica-Mezquita-Catedral, pero se opta por mantener los dos últimos. Este rollo no es más que un ejemplo del fundamento de la identidad cordobesa. ¿Qué somos? Tendríamos que preguntarle a cada civilización que cimentó su cultura durante un periodo en esos meandros del Río Guadalquivir, investigar qué fue Córdoba en cada etapa, y qué nos dejaron cada uno de ellos, qué se acumuló en las arenas finas de la ribera del río, como tierra fértil en la que todo nace. Fundir cada elemento con los demás. Eso se percibe en el casco histórico de Córdoba. Siglos de fusión.
Bóveda de la sala del coro
Planta rectagular, murallas como si fuera una fortaleza, y a vista de pájaro, numerosas naves, los extraños contrafuertes de la catedral dentro de la misma construcción, el minarete en un lateral, y el verdor del patio de los naranjos.
Es éste, el patio de los naranjos, mi espacio favorito de la mezquita. El azahar acompaña con su intensidad a la humedad de un entorno verde entre tanto color barro, y a veces, el agua corre por surcos entre naranjo y naranjo, plantados por los cristianos, algo bueno tuvieron que hacer... Ese frescor es un aperitivo de la maravillosa temperatura en el interior del monumento. [Aviso desde ya que es una locura visitar la ciudad más allá de mayo, y que apesar de llevar un par de días húmedos y raros para este mes, ya es un atrevimiento, aunque obligación, pasarse por la ciudad estos días en los que habitualmente ya aprieta el calor.] Al entrar dentro, la disminución de los grados se complementa con el aroma a antiguo, para situarte en otro lugar, o quizás... en otro tiempo.
Arco herradura con grabados del corán
Recuerdo, de la primera vez que vi la Mezquita en una excursión del colegio, un comentario que hizo por devanearnos los sesos para contradecir la curiosa verdad de la maestra, y es que cada arco es único, a pesar de contar con sólo dos colores, la combinación era distinta, por el grosor, la alternancia...(aún no sé si eso es cierto o no). Y sin embargo, llegas allí y dices: ya está todo visto, un montón de arcos, todos iguales. Pues no. Lo segundo que me llamó entonces la atención fueron las lápidas incrustadas en el suelo, el misterio de sus inscripciones... Los laterales están divididos en pequeños cubículos, cada uno lugar para un santo, son capillas de las imágenes que en semana santa sacan las hermandades... otra incoherencia, el momento de máximo fervor cristiano desde una sala musulmana... Córdoba es así.
Minarete y Puerta del Perdón
En la parte en que se amontonen los japoneses, ahí justamente (porque es tontería orientarse hacia el este, eso nadie lo hace, salvo los moros, claro) está el Mihrab, que para hacernos una idea de su importancia dentro del templo árabe, es como el altar en un templo cristiano, es el punto más sagrado, y la referencia de hacia dónde está la Meca, hacia dónde hay que postrarse. Es un rincón reducido, pero que goza de rica ornamentación, y de una bóveda muy alta (cúpula llamada Macsura), decorada con dorados que le aporta mucha luminosidad, con grabados del corán, arcos imposibles, y la sensación de estar ante una belleza arquitectónica, pase el tiempo que pase, lo seguirá siendo.
Mihrab y su cúpula, Macsura
El último punto, en mi opinión, en el que hay que reparar es la parte católica, o la catedral, como les gusta que se le llame. Lo primero es una zona en plan museo donde están expuestos el Custodio, que es un... cómo diría, un armatoste dorado de minucioso trabajo orfebre, rodeado de una cabina de cristal (reconozco que de esta parte nunca he querido informarme). Y bueno, otros artilugios del rito cristiano, piezas arqueológicas que se encontraron, muestra del repetitivo emplazamiento de templos en ese mismo lugar. Y ya dentro de la catedral, pasando de los arcos trilobulados y herradura del estilo árabe a la amplia nave cristiana, con su altar, bancos, y bueno, hacer justicia es también nombrar la sillería de madera del coro y su magnífica bóveda blanca. Pero... es que no puedo reprimir el mal sabor que se me queda en cada visita... pensar que destruyeron parte de algo insólito, para poner sus santos adornos, con tal de hacer prevalecer el orgullo de decir: os hemos conquistado. Según está en escritos, Carlos V visitó Córdoba unos años después de iniciarse la remodelación del templo árabe para adaptarlo a las ordenanzas católicas, y dijo: Habéis destruido lo que era único en el mundo, y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en todas partes. Sé, por lo que he leído, que el cabildo se vanagloria de la decisión de haber incluido (siendo benevolentes con el término) la catedral en la antigua mezquita, ya que aseguran que siendo así, han protegido el patrimonio musulmán, y con ello su belleza, porque sino, antes o después, algún mandatario habría tomado represalias contra el imponente monumento, como si fuera un insulto para los conquistadores. En fin, yo menciono aquí lo que el cabildo defiende, pero ver cómo se incrustó lo cristiano en la armonía árabe... es un agravio para la vista... duele.
Vista de la Mezquita, desde murallas del Alcázar
No he hablado del minarete, mejor dicho, antiguo minarete que posteriormente convirtieron en campanario, y en su punto más alto luce un arcángel San Rafael.
Ahora vayamos a detalles a tener en cuenta. La entrada para cordobeses (ciudad y provincia) es gratis. Para los demás, la única oportunidad de que te salga por la patilla es levantarte tempranito, y de 8:30 a 10 de la mañana no cuesta nada, o al menos eso tenía entendido. Y cierran a las 19h. La tarifa normal son 8€ adultos... sí, una pasada, pero bueno, yo pienso que por una vez, sí merece la pena, es lo más notable que hay en Córdoba, a pesar de que para mí lo demás también tiene tanta valía como la misma mezquita, y no es tan caro. Aún así, el patio de los naranjos no precisa entrada, así que darse una vuelta por su ambiente fresco, y detenerse a pensar toda la historia que estás pisando... crea tal sensación como la de mirar a un cielo estrellado y concluir que no somos nada.
Documentación: mi experiencia, leerme folletos y “Arte y Arquitectura: Andalucía” por Brigitte Hintzen-Bohlen (2006).
Enlaces:
el ayuntamiento de Córdoba ha subido este pdf para los horarios y tarifas de los monumentos y museos:
Hoy, día 5, empieza el concurso de Patios Cordobeses, bueno, de hecho los premios ya están resueltos, toda la info al respecto está en: http://patioscordobeses.com . En la web del ayto de Córdoba (http://www.ayuncordoba.es/festival-de-patios-cordobeses-2010.html )está colgado un pdf con el plano de la zona de los patios y rutas. Este año no sé si podré acudir, pero es un ambiente recomendable, lo peor es el hacinamiento que hay a ciertas horas, son espacios reducidos, ideados para la tranquilidad y el descanso, para abstraerse en el olor, en la paleta de colores realzados con el sol de este mes, la humedad creada por las plantas, el goteo de una fuente, asomarse a un pozo... pero hay mucha gente que quiere hacer justamente lo mismo en ese momento. Al final nos llevamos la impresión de cualquier lugar turístico. Eso es lo que hace el turismo. Pero bueno, sucede con todo lo auténtico, que todos lo quieren rozar por un instante, tomar la esencia de un lugar y contársela a alguien. Yo tengo esa esencia en mi casa, por suerte tengo un buen patio cordobés, sólo que en lugar de gitanillas, abundan los cactus. Gracias mami, por crear ese ambiente tan nuestro.
La primera foto, pues, es de un típico patio cordobés, en San Basilio. La segunda es el homenaje de google a este acontecimiento... lo que me he tenido que reír, ¡qué proyección! Y la tercera foto es de un rinconcito del hospital Reina Sofía de Córdoba, justo al lado de su biblioteca, nos han colocado este decorado tan propio, donde combinan las cruces con los patios, con música flamenca todo el rato, dan ganas de marcarse un taconeo al pasar por allí... si es que, tenemos un arte que no se puede aguantá! :)
Este mes, que tiene nombre y apellido: Mayo Cordobés, voy a estar relativamente ausente, y en todo caso, silenciosa, pero observando unos minutitos diarios este espacio, y para que no lo habiten telarañas o enredadera cualquiera, lo dejaré en manos de la cultura cordobesa, y como si fuera reja, que se entrelacen en él geranios, claveles, buganvillas, jazmines… que brillen durante mi ausencia. Es decir, dedicaré un megapost (y si veo que se me va de las manos, lo dividiré en dos) donde iré acumulando elementos de nuestra identidad.
[NOTA para retorcidos: las fotografías son mías, las letras también, la música del compositor (Albéniz en concreto me ha dicho que me la presta); rejas, balcones, patios, Mezquita y demás patrimonio pertenecen a la ciudad de Córdoba; y las recetas, de la sabiduría popular, con un toque particular de mi madre, que me cede sus derechos. Lo aclaro para el que pretenda ver un uso alevósico de la cultura por mi parte, decirle que sí, que con alevosía y lucro :)] Y ahora sí… ¡EA, MADRE, QUE VIVA EL MAYO CORDOBÉS!
Minarete de la Mezquita-Catedral
Córdoba en Mayo es un tema duro de enfrentar. Voy dejar a un lado mi perfeccionismo, porque este blog no es una guía turística, que para eso ya están los profesionales (eso sí, dejaré los enlaces pertinentes para quien se quiera informar en condiciones). Soy una aficionada de Córdoba, que es la ciudad de mi provincia. Tenía ganas de hacer este homenaje a mi ciudad, a un lugar especial, un gentilicio como orgullo, un sentir como identidad. Es bien sencillo, sin guardar mucho las formas, será un cóctel de los elementos más típicos, fiestas, monumentos, costumbres, música, fotos, letras, incluso gastronomía, todo aderezado por mis torpes comentarios, pero… sólo es un homenaje, no sustituye la visita que le quieras hacer, y si alguna vez estuviste, te servirá para recordar. El olor a azahar, el gusto del salmorejo, y el áspero tacto de la muralla… eso no puedo transmitírtelo.
Comienzo, cómo no, con el maestro… venga Vicente:
[Iré añadiendo las cosas más recientes al principio.]