Cada día suelo dedicar unos cinco, diez minutos a patearme el hígado, hemolizarme el progresismo que llevo en las venas y ulcerarme el concepto de libertad de expresión. Por puro sadismo. Como cuando leí los primeros treinta días de “120 jornadas en Sodoma”. Y cada día exploto un poco más mi depravación con esos minutos viendo Intereconomía, y en una libretilla mental voy apuntando esa manera emergente y engominada de insultar, que tan elegante les queda con sus corbatas gruesas y aires aristocráticos. No me conozco los nombres de estos académicos de la lengua viperina española, estos lumbreras católicos, ultras en conserva, machistas y machotes, muy machotes. Tampoco es cuestión de malgastar la memoria.
Fue especialmente tóxica la sesión de ayer, cuando, con un manoseo oculto de testículos, silabeaban y vertían babas envenenadas sobre el nombre de la ya ex-ministra de igualdad. Por la saña y sordidez de sus palabras deduje varias anotaciones: primero, que les pone cachondos esta señora; segundo, que sus esposas no les permiten el sexo anal y eso les frustra extremadamente; y por último, que no es necesario licenciarse para poder ser colaborador (no ya en telecinco, válgame dios) sino en una supuesta cadena seria como atestigua su nombre.
Hay quien se machaca el cuerpo a abdominales, o que se alquitrana los pulmones a base de cigarrillos, o que se embadurna las arterias con colesterol. En fin, todos tenemos hábitos discutibles. Lo mío es la resultante de laceración mezclada con placer. Pero lo de estos señores... miren, un consejo médico, háganse ver lo de la misoginia.
Yo también tengo un placer sádico en cuanto a lo de Intereconomía. Aunque sea solo por estudiar al enemigo, por tratar de reír aunque termine llorando ante las soplapolleces que dicen o simplemente para ver "la otra cara", yo también me flagelo.
No sabría decir si es o no sano. Desde luego, estoy mejorando mucho en mi técnica argumentativa gracias a estos señores y a otros cuantos -aunque luego entre en la página de Inter y me borren los comentarios por inadecuados (liberales)-.
Ánimo en la lucha contra las reliquias de este país.
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4 Comments to "Hábitos tóxicos (latigazos placenteros con Intereconomía)"