El viento sopla con el ímpetu del amante por alcanzar el placer.
Sopla,
sin dejar títere con cabeza,
todo lo inquieta.
Sopla,
arrecia en tu ausencia,
mi amante,
cuando todos callan porque tú no estás,
inunda mi garganta
de gemidos huecos para silenciar
tu no-presencia;
emerge desde mis profundas aguas calmas,
el viento,
cual amante pertinaz,
levanta y descama,
una a una, las olas de la mar;
mi amante,
como el viento estival,
trae souvenirs cálidos
de todo aquello por donde arrasó,
mi amante,
mi sol, arrastra ecos de felicidad
hasta los recovecos que encierran su risa casual.
Mi viento,
amante de mis tierras áridas,
se lleva la muerte infértil
que es una semilla sin enterrar,
o un ser sin calor.
Amante del viento,
tu pelo cuando le da sentido
al aire en movimiento,
amante, verano, madurez...
son tus frutos dulces y ligeros,
amante...
viajante, silente todo lo que no dices,
amante...
simiente, viajando, violento, queriendo,
viento es todo lo que fluye por mi sendero
cuando no lo hace tu aliento,
son mis resoplidos,
un fuerte viento de “te echo de menos”.
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