allegro ma non tanto (inconsciencia latente)



Marty McFly habría aceptado zarzaparrilla. Yo no proponía menos que Rachmaninov, destructivo como licor. Quería lastimarme a conciencia, para despojarme de ella… Bañarme en líquidos que rezumaran de mí mis ruinas. Me preparé una fiesta de soltería en sentimientos huérfanos de reconocimiento. Dormías plácida mientras me reventaba las rodillas en mis caídas. Pero hacía por atender al amanecer en nuestro lecho, te gustaba sentir que te aplastaba el cuerpo al despertar, mi peso como señuelo de que todo iba bien. Me cubría la sangre reseca con las sábanas, en un acto de pudor por mi decadencia. Perdona por no invitarte a mis orgías de soledad en compañía. Con prisas me lamía las rojeces de mis heridas, mientras te duchabas diligente y tarareabas la primera canción del día. Iba un minuto tras de ti siempre, lo justo para hacer tiempo, tú, invariable, estabas algo más al Este, yo me rezagaba como un eco lejano de ti, disfrutando del reflejo que se quedaba impregnado en el espejo, acudiendo a las migajas que se caían de tus tostadas, recogiendo el aroma de tu leche corporal. Yo sentía que era algo más, tú así lo querías, pero mi vida es la fantasmal correría de tu sombra, sólo que tú me quieras dar, que suele coincidir con lo que te sobra. Me apartabas de tus tareas diarias, yo me echaba cerca de la perra, envidiaba cómo tu atención se enredaba entre los pelos del animal como caricia, entre vuestras habladurías, ronroneos y confidencias de dos amigas. Intentaba correr todo lo que podía para colocarme justo en alguna foto cuando aún compartíamos más que cama y camisa, pero tu indiferencia me castiga con los desaires de tu pelo en giros violentos de tu No-Mirar a lo que somos como persona física y psíquica, te resbala el pelo y la educación, se te cae algún post it, se desordenan los rotuladores… pero la realidad la tienes bien cogida, yo aparezco en eventuales chorreos de tu pluma corriéndose de calor inspirativo, te vengo, me vengo, nos venimos… Me destrozas las líneas frescas que surgieron como Yo Conciencia Concreta, desbaratas mis maneras en manchas ilegibles y negras, te avergüenzo, te retraso, me encomiendas al rincón donde descansa la perra, allí dormita también el tacto de tu mano al acariciarla, todo eso que sentías cuando todavía estabas viva. Hoy quieres que Rachmaninov te limpie como depuradora de almas en un centrifugado fugaz, caro y eficaz, crees que con resultados buenos recobrarás todo lo que te dejaste por el camino… Yo fui recogiendo tus sensaciones del momento, me preguntas por la síntesis del resumen de los epígrafes, y con sus iniciales conseguirás una regla mnemotécnica que memorizas, transcribes mil veces de naranja y verde, y lo quieres vivir como un recuerdo, como una macedonia de lo que comiste en dos meses. Sin saber cómo fue que sucedió, te tragas que olvidamos a quien nos hizo daño, que obviamos a quien no correspondió, que la diéresis servirá para distinguirnos, y de ella sólo se te viene cigüeña, porque perdiste hasta la vergüenza de ser tu misma, y no eres capaz de ser sincera, que te sumergiste meses después en un Rachmaninov que abandonaste cuando los campos eran verdes primaverales, ahora la campiña te amanece antes, pelada, segada y pajiza, sólo los girasoles te brindan algo de lo que conocías como ingravidez amarilla, diseminas miles de ojos y sonrisas entre sus pipas, hasta el cielo limpias de nubes, hasta tu vida libraste de mugre. Te quedaste tan limpia, que escribes por la necesidad de tachar y encontrar errores en lo que ya no te sirve como autocrítica. Tanto de todo, menos de lo poco… mucho de lo rico, escaso de lo pobre, que ya no sabes cohesionar tus incoherencias, y confundes hasta lo de dentro con lo de fuera, me quisieras como sueño, y sólo soy tu conciencia, unos pasos tras de ti, observando tu penosa manera de recuperarte en un solo movimiento de este piano concerto.

[qué decir de Martha Argerich, espectacular con el Rach 3, prueba de fuego para los genios, en él está el fracaso o el éxito]

martes, 6 de julio de 2010 a las 12:45 a. m.

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