Espíritu esquivo

De un tiempo acá, noto cómo mi mano vibra cada vez que roza el boli y papel, presiento su ansiedad por escribir unas palabras que no llevan cuerpo, pero sí sentimiento, ansiedad por vivir de nuevo en palabras, como lo hacía hace unos años, por abandonarse en las líneas invisibles de un papel en blanco, dibujar en mi imaginación, de nuevo, un cuerpo, unos besos, una historia...otra vez. Hasta hace poco no he tenido que volver a imaginar, porque todo era realidad, pero ahora cobra de nuevo vida la noche, la soledad, la música tranquila, y esta mano que se desvive por escribir cartas sin destino, que me atormenta con sus deseos de escribir a la soledad, con el capricho que tiene por un boli y papel para dirigirse siempre al futuro, desde la soledad del presente, a ti...espíritu imaginario, etéreo, difuminado ahora mismo, esperando concretarse en algún cuerpo, a ti te escribe mi mano, a ti que abandonaste una chica, una historia, un lugar, unos paisajes y dos años memorables. A ti, espíritu esquivo, persigo con celo; a ti, espíritu, tan manchado de esperanza, eres el que mantiene vivo el curso del año, porque yo creía que tras la primavera vendría un invierno muy frío y sobrio, pero continua con el verano...la vida sigue. Mi mano se empeña en halagarte, en hacerte la pelota, agasajarte con frases que quisiera mejorar, y se tiende ante cualquiera, esperando que seas tú enmascarado.

domingo, 2 de agosto de 2009 a las 11:06 a. m.

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