Querido nadie

Querido Nadie,
pensar en escribirte no me pone nerviosa, por eso te elijo a ti. Nadie, porque eres tú quien está ahora en mi vida. Quisiera dirigirme a una amiga, pero ni siquiera sé cómo tratarme con ella ahora...no sé lo que somos. Nadie, quisiera hablarte de eso, pero sólo pensar de manera detenida en ello, se me hace un nudo en la garganta, y la mano no quiere confesar.
Confesar. Hace tanto que no lo hago. Todo lo que escribo, todas esas notas que surgen de las noches, ninguna habla de mí, alejo las palabras todo lo que puedo de mi vida, y las llevo a esa realidad que gusta ser leída. Pero están vacías de mí. Hace tiempo que no miro adentro.
Querido Nadie, me gustaría comentarte esos sueños tan disparatados que tengo. Te reirías con ganas.
Saberme sola, y en medio de todos, me trae viejos recuerdos. No son las mismas sensaciones, pero sí parecidas; esa quemazón de cuando se va retostando el alma, o dícese de esa entidad que es tan nuestra, cuando se va quemando poco a poco. Y sigo sin mirar adentro.
Querido Nadie, quisiera ser la protagonista de las historias bonitas que leo. Me hacen soñar, imaginar, y ser virtualmente feliz.
Quería compartir contigo una buena noticia.
Querido Nadie, la noche es tan oscura.
No me gusta solucionar las cosas como lo hacen los adultos; el orgullo, el rencor y la desconfianza alejan tanto, todo lo que un abrazo podría acercar.

domingo, 2 de agosto de 2009 a las 11:20 a. m.

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